Fuente: Semana.comLas manos de Alcidiades Pajoy son ásperas, curtidas y llenas de callos y tierra. Desde que tiene uso de razón, este hombre que ronda los 40 años de edad se ha dedicado a arar la tierra para cultivar café en Alto Cañadas, una de las veredas de La Plata, uno de los municipios del departamento del Huila.Desde pequeño, sus padres le enseñaron a utilizar la pala y el azadón y le transmitieron todos los secretos para convertir un terreno árido en un frondoso cafetal, una actividad que aplica todos los días en las dos hectáreas y media de su finca, en donde vive con su esposa, sus dos hijos adolescentes y sus dos perros criollos, uno de los cuales ya está ciego.
Le puede interesar: Con un millón de firmas le exigen al gobierno que detenga la deforestación en la AmazoniaAl año, Alcidiades saca dos cosechas de café, en parcelas que combina con frijol, plátano, cebolla y uno que otro frutal. En cada recolecta logra producir cerca de 45 cargas de café seco, las cuales vende en el casco urbano de La Plata. Asegura que le ha ido bien como caficultor. Tanto así que su hija mayor ya se gradúo como ingeniera agrónoma y el menor estudia para convertirse en veterinario.
Cultura del café
Comentarios